TERREMOTO EN SANTA BRIGIDA
TERREMOTO EN SANTA BRIGIDA
15 de junio de 2004
Doña Amalia Bosch Benítez..Concejala en Santa Brígida.Miembro del Partido Verde Canario.
El miércoles 2 de junio, se vino literalmente abajo el firme de la calle José Antonio, más conocida por el nombre de calle Nueva. El corrimiento de tierras produjo una suerte de terremoto que sacudió a los edificios colindantes y separó de sus fachadas el arranque de las aceras. En la actualidad se han colocado unos testigos de yeso para vigilar posibles deslizamientos futuros, pues aun no están claros ni el alcance de los daños ni el motivo del corrimiento.
Sabemos, eso sí, que se está construyendo un centro comercial y unos aparcamientos. ¿Qué más sabemos? Nada más, pues aunque hemos remitido sendos escritos al concejal de Urbanismo, D. Antonio Díaz, éste nos ha impedido el acceso o la consulta del expediente sobre el centro comercial a los concejales de la oposición. Incluso ha llegado a desobedecer la orden dictada por un juez, que le obligaba a cumplir con el deber de mostrar dichos expedientes y los que se tercien a una concejala, Dña. Victoria Casas. Se produce así, la tremenda circunstancia de que hay un ayuntamiento en España que niega información, transparencia e impide que concejales legalmente electos puedan cumplir con el trabajo que les está encomendado en la legislación vigente, cual es controlar al grupo de gobierno en sus actuaciones. Y no pasa nada....
¿Por qué se nos impide sistemáticamente el acceso a los documentos? Supongo, que porque esconden cosas no muy legales. Ya sucedió en el caso del Mamotreto del Monte (aparcamiento enfrente de la gasolinera Disa) que no cumplía con la licencia municipal otorgada en su día. Dicho aparcamiento, fue construido por la empresa SARAMEMA, la misma que está implicada en la construcción del centro comercial del casco de Santa Brígida. En aquel entonces, hace dos años aproximadamente, a esta concejala, la avisaron los vecinos, porque sus casas se venían literalmente abajo, debido a un corrimiento de tierras. Se rajaron muros de carga, se desplazaron piezas en los cuartos de baño, saltaron losetas, azulejos y se hundieron techos. ¿Por qué? Pues porque se hizo un hoyo inmenso sin proceder previamente a ejecutar un muro de contención. Los vecinos decidieron llegar a un acuerdo con la constructora y el asunto no trascendió.
Pero hoy, se repite la historia: se ejecuta un hoyo inmenso, sin muro de contención y se consiente continuar con el tráfico rodado, que incluye guaguas escolares y de transporte público. Poco antes del hundimiento había pasado un autobús escolar. En la actualidad, y dada la ausencia total de información, solo cabe exponer los hechos y especular sobre lo sucedido. Y eso es lo que voy a hacer.
Hace unos diez días más o menos, me comunicaron que se habían cargado los árboles de la calle Nueva, que los habían arrancado para colocarlos Dios sabe donde. ¿Por qué? Ayer tuve ocasión de preguntárselo a D. Antonio Díaz, la respuesta fue clara: porque el centro comercial llegaba hasta allí, hasta los mismos alcorques de los árboles. También me comunicó que la calle Nueva va a ser peatonal y se accederá a la plaza del centro comercial con dos escaloncitos. ¿Son esos dos escaloncitos los que obligaron a quitar los árboles? Yo pienso que no. Que si el proyecto (no lo he visto) es hacer peatonal la calle Nueva, no había necesidad de quitar los árboles. No, ese no creo que sea el tema. En cambio sí considero que puede deberse a una presunta irregularidad que afecta a suelo público. Los árboles estaban sobre una humilde acera, pero acera al fin, y como tal acera es terreno público, no privado. ¿Cómo entonces puede una excavadora llevarse por delante árboles sobre una acera pública? ¿Dónde están esos permisos o esa modificación puntual que autorice a invadir suelo público a un centro comercial? En mi opinión, la avaricia rompe el saco. Está muy claro y lo ponen de manifiesto las fotos, especialmente, las publicadas por el Canarias 7, que el tenedor de la excavadora se comió el asfalto y no solo la acera. La ejecución de dos escaloncitos en una futura plaza comercial no justifica la mordida del asfalto ni el arranque de los árboles. La avaricia sí. Ganar en superficie, robando lo que es dominio público. Algunos pensaran que no tengo pruebas para afirmar lo que digo, sin embargo, sí tengo precedentes.
Inicie este artículo enlazando la actuación realizada en el Mamotreto del Monte con la del Centro Comercial, y no es una vinculación casual. Allí se produjo un corrimiento de tierras, que pudo tener gravísimas consecuencias y hubo que parar la obra hasta que ejecutaron un muro de contención. Allí también se ha robado suelo público a la chita callando, con la complicidad del Cabildo, del ayuntamiento y del Gobierno de Canarias. Se ha consentido que la empresa SARAMEMA se apodere de dominio público comiéndose el arcén, que ha convertido en entrada privada para su parking. ¿Cómo lo consiguió? Contando con el silencio cómplice de las administraciones. Hemos denunciado la existencia de locales comerciales sobre suelo público, hemos denunciado que no respetó la distancia de construcción que le otorgó como favor especial la Viceconsejería de Transporte del Gobierno de Canarias del Gobierno de Canarias, ayudada por el Cabildo, lo normal son 14,75 y a esto señores le autorizaron a construir a 12,10, Ellos no lo respetaron y apenas si están sobre los diez metros de distancia. Todos callan. Han regalado terreno público, de todos nosotros, a una empresa particular. Ahora en el caso del centro comercial, sucede lo mismo. Si las cosas son como afirma el concejal de urbanismo y resulta que el proyecto estaba redactado para comerse la acera y los árboles, ¿con qué justificación se entregó el suelo público a una empresa privada? Y si esos eran los límites, ¿cómo es que la excavadora mordió literalmente el asfalto? La avaricia rompe el saco y aquí no se ha roto ninguna tubería, la tubería iba por su derecha, es decir, por el centro de la calle, en dominio público. Lo que se ha roto en Santa Brígida desde hace mucho tiempo es el respeto a la legalidad vigente y eso ha producido un terremoto que aun no ha producido víctimas, pero que estamos seguros que las producirá.
15 de junio de 2004
Doña Amalia Bosch Benítez..Concejala en Santa Brígida.Miembro del Partido Verde Canario.
El miércoles 2 de junio, se vino literalmente abajo el firme de la calle José Antonio, más conocida por el nombre de calle Nueva. El corrimiento de tierras produjo una suerte de terremoto que sacudió a los edificios colindantes y separó de sus fachadas el arranque de las aceras. En la actualidad se han colocado unos testigos de yeso para vigilar posibles deslizamientos futuros, pues aun no están claros ni el alcance de los daños ni el motivo del corrimiento.
Sabemos, eso sí, que se está construyendo un centro comercial y unos aparcamientos. ¿Qué más sabemos? Nada más, pues aunque hemos remitido sendos escritos al concejal de Urbanismo, D. Antonio Díaz, éste nos ha impedido el acceso o la consulta del expediente sobre el centro comercial a los concejales de la oposición. Incluso ha llegado a desobedecer la orden dictada por un juez, que le obligaba a cumplir con el deber de mostrar dichos expedientes y los que se tercien a una concejala, Dña. Victoria Casas. Se produce así, la tremenda circunstancia de que hay un ayuntamiento en España que niega información, transparencia e impide que concejales legalmente electos puedan cumplir con el trabajo que les está encomendado en la legislación vigente, cual es controlar al grupo de gobierno en sus actuaciones. Y no pasa nada....
¿Por qué se nos impide sistemáticamente el acceso a los documentos? Supongo, que porque esconden cosas no muy legales. Ya sucedió en el caso del Mamotreto del Monte (aparcamiento enfrente de la gasolinera Disa) que no cumplía con la licencia municipal otorgada en su día. Dicho aparcamiento, fue construido por la empresa SARAMEMA, la misma que está implicada en la construcción del centro comercial del casco de Santa Brígida. En aquel entonces, hace dos años aproximadamente, a esta concejala, la avisaron los vecinos, porque sus casas se venían literalmente abajo, debido a un corrimiento de tierras. Se rajaron muros de carga, se desplazaron piezas en los cuartos de baño, saltaron losetas, azulejos y se hundieron techos. ¿Por qué? Pues porque se hizo un hoyo inmenso sin proceder previamente a ejecutar un muro de contención. Los vecinos decidieron llegar a un acuerdo con la constructora y el asunto no trascendió.
Pero hoy, se repite la historia: se ejecuta un hoyo inmenso, sin muro de contención y se consiente continuar con el tráfico rodado, que incluye guaguas escolares y de transporte público. Poco antes del hundimiento había pasado un autobús escolar. En la actualidad, y dada la ausencia total de información, solo cabe exponer los hechos y especular sobre lo sucedido. Y eso es lo que voy a hacer.
Hace unos diez días más o menos, me comunicaron que se habían cargado los árboles de la calle Nueva, que los habían arrancado para colocarlos Dios sabe donde. ¿Por qué? Ayer tuve ocasión de preguntárselo a D. Antonio Díaz, la respuesta fue clara: porque el centro comercial llegaba hasta allí, hasta los mismos alcorques de los árboles. También me comunicó que la calle Nueva va a ser peatonal y se accederá a la plaza del centro comercial con dos escaloncitos. ¿Son esos dos escaloncitos los que obligaron a quitar los árboles? Yo pienso que no. Que si el proyecto (no lo he visto) es hacer peatonal la calle Nueva, no había necesidad de quitar los árboles. No, ese no creo que sea el tema. En cambio sí considero que puede deberse a una presunta irregularidad que afecta a suelo público. Los árboles estaban sobre una humilde acera, pero acera al fin, y como tal acera es terreno público, no privado. ¿Cómo entonces puede una excavadora llevarse por delante árboles sobre una acera pública? ¿Dónde están esos permisos o esa modificación puntual que autorice a invadir suelo público a un centro comercial? En mi opinión, la avaricia rompe el saco. Está muy claro y lo ponen de manifiesto las fotos, especialmente, las publicadas por el Canarias 7, que el tenedor de la excavadora se comió el asfalto y no solo la acera. La ejecución de dos escaloncitos en una futura plaza comercial no justifica la mordida del asfalto ni el arranque de los árboles. La avaricia sí. Ganar en superficie, robando lo que es dominio público. Algunos pensaran que no tengo pruebas para afirmar lo que digo, sin embargo, sí tengo precedentes.
Inicie este artículo enlazando la actuación realizada en el Mamotreto del Monte con la del Centro Comercial, y no es una vinculación casual. Allí se produjo un corrimiento de tierras, que pudo tener gravísimas consecuencias y hubo que parar la obra hasta que ejecutaron un muro de contención. Allí también se ha robado suelo público a la chita callando, con la complicidad del Cabildo, del ayuntamiento y del Gobierno de Canarias. Se ha consentido que la empresa SARAMEMA se apodere de dominio público comiéndose el arcén, que ha convertido en entrada privada para su parking. ¿Cómo lo consiguió? Contando con el silencio cómplice de las administraciones. Hemos denunciado la existencia de locales comerciales sobre suelo público, hemos denunciado que no respetó la distancia de construcción que le otorgó como favor especial la Viceconsejería de Transporte del Gobierno de Canarias del Gobierno de Canarias, ayudada por el Cabildo, lo normal son 14,75 y a esto señores le autorizaron a construir a 12,10, Ellos no lo respetaron y apenas si están sobre los diez metros de distancia. Todos callan. Han regalado terreno público, de todos nosotros, a una empresa particular. Ahora en el caso del centro comercial, sucede lo mismo. Si las cosas son como afirma el concejal de urbanismo y resulta que el proyecto estaba redactado para comerse la acera y los árboles, ¿con qué justificación se entregó el suelo público a una empresa privada? Y si esos eran los límites, ¿cómo es que la excavadora mordió literalmente el asfalto? La avaricia rompe el saco y aquí no se ha roto ninguna tubería, la tubería iba por su derecha, es decir, por el centro de la calle, en dominio público. Lo que se ha roto en Santa Brígida desde hace mucho tiempo es el respeto a la legalidad vigente y eso ha producido un terremoto que aun no ha producido víctimas, pero que estamos seguros que las producirá.
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